POEMA A ARAUCO

El indómito pueblo araucano, todavía mantiene una lucha. Despojado de sus tierras, ríos, bosques y montañas por el invasor español, a quien combatió siempre, luego por el pueblo chileno, y después por el capital y el dinero, esta raza imbatible continúa luchando y se mantiene con un espíritu indomable hasta nuestros días.

Otros pueblos y naciones, fueron arrasados o simplemente fagocitados por la "civilización", como los changos, los atacameños, los diaguitas, los alacalufes, los onas, los picunches, los selkman, los patagones, etc. De ellos solo quedan viejas fotos y algunos vestigios arqueológicos. Del pueblo Mapuche todavía queda todo, su gente, su lucha, sus reinvindicaciones, su música, su lengua, sus tradiciones, sus machis, sus instrumentos, y por supuesto su gloriosa historia.

ARAUCO.

Tu huella permanece aún indómita
Entre los bosques terrenales y las llanuras fluviales,
En la espesura vestida de una
verde armonía.

A ti Arauco

Yo te canto desde este norte agreste,
Aún respiro las palpitaciones
de tu sangre rebelde.
Permanecen aquí
las raíces de tu canto.
Entre las marañas arborícolas
en los cascabeles y las viejas araucarias,
que fueron testigos mudos
de tu lucha interminable.

Pueblo que en el sur rebelde,
Subió a la historia,
Combatiendo al invasor
Desde la naturaleza,
Con cascadas rumorosas,
Extrayendo las fuerzas de las enredaderas
De la lluvia astral y fría,
Del viento endurecido por la bruma
De la humedad latente
Como la propia vida.

En el follaje denso
Has levantado eternamente
Tu nombre intrépido,
La suma de todas las luchas,
El gesto desamparado
De una raza que no se extingue,
Que se renueva inmortal
día a día.

Desde el fuego candente
Desde tu luz transfigurada
Surge de nuevo la voz batiente
Del Arauco indomable.
Al aullido inmemorial
Que atraviesa la historia
Golpeando y batiéndole
A la muerte.