domingo, 17 de agosto de 2008

ESCULTURA DE MASTODONTE EN LOS VILOS



















JUAN JAVIER JORQUERA BALBONTIN, gran gestor de esta obra monumental, me ha dado la enorme responsabilidad de explicar brevemente los fundamentos históricos de este MASTODONTE, que sobre todo las nuevas generaciones confundían con un elefante, tanto en esta escultura propiamente tal, como también en la figura que aparece en el escudo de la Comuna.-
Quien les habla tuvo la enorme experiencia de trabajar algunos meses, cuando recién egresaba de la enseñanza media, en el proyecto arqueológico de Quereo, Encargado por el Arqueólogo Jefe, LAUTARO NUÑEZ ATENCIO, de ir plasmando en un plano, a escala, los restos fósiles del sitio excavado.
Recuerdo especialmente la incredulidad de algunos habitantes de Los Vilos, que cuando visitaban el lugar, y observaban grandes fémures, cráneos y otros restos de caballo, comentaban irónicamente, estos gallos están locos, están desenterrando los restos de un viejo caballo que a algún campesino se le murió aquí, y para eso hacen media zanja.
Lo que ellos no sabían era que esos restos correspondían a un tipo de caballo muy distinto del actual, un caballo americano, que vivió en estas tierras hace 12 mil años atrás y que ya se encontraba extinto.
Como todos sabemos, los caballos que después se conocieron en América, fueron traídos al nuevo continente por los conquistadores españoles.
Entonces, ya a partir de esos primeros descubrimientos, la historia o las conclusiones de este sitio científico comenzaron a ser fascinantes, porque después no solo habían restos de caballo, también de ciervos de los pantanos, milodones y camélidos de gran tamaño, y sobre todo de nuestro conocido MASTODONTE, todos los cuales servían al cazador paleoindio para satisfacer sus necesidades alimenticias y de materias primas para sus manufacturas.
EL MASTODONTE, apareció en Eurasia en el Oligoceno, hace unos veinte millones de años, y desde aquí se extendió a África y a las Américas, donde la familia persistió hasta el Pleistoceno e incluso el Holoceno. Se admite como probable que la extinción hace solo 10.000 años de la ultima especie, fuera acelerada por la caza practicada por los primeros pobladores humanos de America.
Eran animales de alzada algo menor que los mamuts o incluso que los elefantes actuales, pero de peso semejante al de estos, por su construcción muy masiva, con gruesas patas columnares. Estaban dotados de defensas grandes en la mandíbula superior y a veces, en el caso de los machos, otras más pequeñas en la inferior. Probablemente las usaban para levantar las matas y las hierbas de las que parece que se alimentaban.


El sitio arqueológico de Quereo, ubicado a escasos kilómetros al sur de la ciudad de Los Vilos, nos entrega las pruebas de la temprana ocupación de estos territorios por el hombre. Las excavaciones rescataron los restos de una fauna pleistocénica como ésta, con claras evidencias de haber sido cazada y faenada por nuestros primeros habitantes. Si bien parece que no utilizaron una industria lítica de lanzas o proyectiles como los conocidos en otros sitios de América, aprovecharon las condiciones naturales de lo que entonces correspondía a una pequeña laguna que desaguaba al mar en un corto tramo de 1.500 metros, para entrampar a los animales que llegaban a su orilla. En efecto, la topografía del lugar, cuyo centro -la laguna- dejaba una sola vía a lo largo de su desagüe, era apropiada para entrampar a los animales que utilizaban este abrigado sector. Así los cazadores dispusieron de condiciones adecuadas a la práctica de un sistema para obtener sus presas, las cuales fueron faenadas en el desplaye de la quebrada. Allí quedaron las evidencias de su actividad, que permiten reconocer parte de un complejo proceso que los cazadores paleoindianos practicaban en una cacería especializada de grandes presas, proceso en el cual la participación comunitaria debió ser esencial. Las huellas y marcas dejadas por el hombre sobre los huesos de esta fauna, hoy extinguida, ubicados en niveles estratigráficos perfectamente determinados demuestran que nuestros primeros pobladores, a pesar de la cercanía del mar, practicaban una caza especializada de grandes presas.
La evidencia del Paleoindio se resume así en un solo sitio arqueológico, excavado con las más avanzadas técnicas de la actualidad y que permite, a lo menos, comprobar la presencia del hombre en el Pleistoceno Tardío, al sur de la IV Región.
Las excavaciones arqueológicas del sitio de Quereo, que se efectuaron durante los año 1977 y 1978, encabezados por el Premio Nacional de Historia 2002, el arqueólogo de la Universidad del Norte, LAUTARO NUÑEZ ATENCIO, y en el cual también participaron el Paleontólogo argentino RODOLFO CASAMIQUELA y el Geólogo JUAN VARELA, y otras personas, que en ese entonces eran estudiantes de Arqueología y hoy son destacados profesionales, como DONALD JACKSON Académico (Profesor Asociado) Tiempo Completo, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile; OLAF OLMOS desgraciadamente ya desaparecido, Gonzalo Ampuero Brito Arqueólogo, profesor de Historia y Geografía de la Universidad de Chile. Actual Secretario Ejecutivo del Consejo Regional de Monumentos Nacionales de la Región de Coquimbo; GASTON CASTILO GOMEZ (Arqueólogo y Antropólogo) Antropólogo del Museo Arqueológico de La Serena,
El sitio arqueológico de Quereo, junto con investigaciones similares efectuadas en MONTE VERDE (Décima Región), SAN VICENTE DE TAGUA TAGUA (Sexta Región) y la CUEVA DE FELL (Décimo Segunda Región), constituyen los sitios más tempranos (antiguos) que evidencian el poblamiento de América y las rutas migratorias de los primeros habitantes de nuestro continente y he allí donde radica, fundamentalmente su gran importancia.
Por todo ello, el llamado que como simple ciudadano vileño quiero hacer a las autoridades actuales y futuras, aprovechando este momento tan especial, es ha concretar la ejecución de un Museo de Sitio en el lugar mismo de las excavaciones, que se convertiría rápidamente en un gran atractivo turístico de nuestro balneario y que proyectaría este lugar como un sitio de gran interés científico e histórico.


El museo de sitio, junto al Santuario Mariano, y al santuario natural de Punta de Lobos, además de la gran belleza de la ribera marítima, complementado con un buen camino costero, un mirador en punta de lobos y la señalización correspondiente, darían creación a un importante circuito turístico hacia el sector sur de nuestra ciudad, que sin duda aportaría al desarrollo del turismo y constituiría, además, un gran potencial histórico y cultural para nuestra comuna.-

Como vileño, y también interpretando a muchos habitantes de nuestro pueblo, deseo agradecer especialmente el gran esfuerzo del joven empresario JUAN JAVIER JORQUERA BALBONTIN y el trabajo especializado de otro joven profesional de Los Vilos, el escultor RODOLFO BUCHERENICK, que han regalado a nuestra querida ciudad, esta hermosa e importante obra escultórica, que sin ninguna duda ya está cumpliendo el objetivo de sus impulsores, convertirse en un símbolo, en un icono identificatorio de nuestra tierra.

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